16 de septiembre de 2010
Djemaà, una jaula de grillosTras el incidente del hotel, Marrakech se levanta gris, amenaza lluvia y a lo largo del día cumple varias veces con su advertencia. Un té a la menta y unos crepes con miel frente a Djemaà nos carga de energía, mientras la plaza va calentando y dando velocidad a sus motores. Son apenas las nueve de la mañana.
Los monos amaestrados, las agoreras que leen las manos, los carritos de zumo de naranja… empiezan a dar vida y movimiento a nuestro punto de partida. Iniciamos un ligero paseo por sus alrededores, cambiamos dinero y volvemos al riad a trasladar las maletas a nuestra habitación del hotel. Ahora sí, un laberinto de calles que forman el zoco, mercados improvisados y zonas divididas según su oficio. Artesanos de la madera, herreros, tintoreros llaman repetídamente nuestra atención.
Nos dirigimos a la madraza «Ali Ibn Yusuf» donde resguardarnos de paso un poco de la lluvia. Un lugar precioso y totalmente recomendable para visitar. Seguidamente y viendo que la lluvia no cesaba, nos acercamos al Museo de Marrakech, totálmente prescindible y la «Koubba Ba’Adiyn» que nos conduce de nuevo entre callejuelas estrechas donde motos y personas compiten a cada paso. Una comida deliciosa (que esperemos no pase factura) en un minúsculo puestecillo-bar donde no más de 4 personas toman asiento.
A la tarde, «la jaula de grillos» de Djemaà es una olla exprés en plena ebullición y la vista desde una de las terrazas colindantes conforma todo un espectáculo. Mientras, atardece en la ciudad. El humo de los puestos de comida, el sonido de tamtanes y darbukas y las incesantes motocicletas forman un caos perfectamente organizado.
La noche cae, y con ella la temperatura, los alrededores son un perfecto enclave para relajarnos de tanto bullicio, de comentar la jugada y de decidir la ruta de mañana, último día en Marrakech. Cenamos tranquilamente en la terraza del hotel situado a escasos metros de la plaza. Desde aquí todavía se oye la música y se huele la comida que allí se cuece. Digo para mi «están como una chota».
PD. ¿Español? ¿De dónde? ¿Quieres fumar, porros?