15 de septiembre de 2010
Tras un café con Charo, reviso mi mochila: pasaporte, DNI, dinero, tarjetas, móvil y guía de viaje. Todo parece listo. Antonio y Raquel me recogen en casa para acercarnos al aeropuerto, no sin antes pasar por casa de Antonio a recoger un olvido. Llegamos al aeropuerto y nos despedimos de Raquel. Toca facturar y dirigirnos a la puerta de embarque.
Algo me tenía mosca durante el trayecto. No sé por qué pero tenía el presentimiento de que todo no iba a salir hoy como lo habíamos planeado. Aterrizaje sin incidentes y directos al control de pasaportes. Un policía con malos modales nos sella el pasaporte y oficial y legalmente estamos en territorio marroquí.
Acierto. El taxi que debería recogernos para llevarnos al hotel, no está, llueve y anochece en la ciudad. Un petit taxi nos deja cerca de Djemaa indicándonos que nuestro hotel está cerca. Los primeros caza-turistas, nos asaltan. Buscamos nuestro hotel para cagarnos en la madre que parió a Panete. No hay habitaciones pese a haber reservado! Nos solucionan la papeleta ofreciendonos un Riad por el mismo precio que teníamos acordado y cambiarnos al día siguiente. Descargamos las mochilas, mientras deja de llover. Djemaa nos espera! Una breve visita, cena en el Puesto 22, ducha en el riad, aseo y a descansar. Son más de las 23h (hora marroquí) y mañana toca madrugar. Solo pienso en tí, ojalá estés bien en Vila-Real.
PD. La prisa mata y la pachorra remata!