Los concursos de fotografía son en muchos casos una forma de medirnos con otros aficionados o fotógrafos profesionales y además en la mayoría de estos, un aliciente económico.
Las temáticas, desde la más libre y permisiva, a la más acotada bajo un tema fijo. Son muchos los concursos de fotografía que gozan de una gran personalidad, seriedad y trayectoria a lo largo de muchos años.
Por el contrario existen concursos de fotografía de nueva creación, que deben ganarse al público y a sus seguidores, pero cabe recordar leer la letra pequeña antes de participar.
Malas prácticas en los concursos de fotografía
Seguramente hayas participado en numerosos concursos convocados por Ayuntamientos, Concejalías de Turismo o Cultura, empresas de carácter privado, grupos de facebook o Instagram…
Hasta aquí todo correcto! Conviene que leas la letra pequeña, y en caso de participar, evites desagradables sustos posteriores.
Por desconocimiento o poca vinculación con el sector de la imagen y los derechos de autor, son muchos los organismos o colectivos que convocan concursos fotográficos donde adquirir y renovar su archivo fotográfico a coste 0 o muy bajo coste.
¿Quién no ha visto concursos de fotografía donde el primer premio es un cheque regalo por valor de 50€?
Este no es el problema, de hecho es totalmente lícito ofrecer este tipo de premios. El principal problema reside en la letra pequeña, en las bases que, una vez te inscribes aceptas sin opción a réplica o queja.
Ningún concurso debería quedarse con nuestros derechos de imagen por el simple hecho de participar en ellos. Entiendo que así suceda en aquellas imágenes que, resultando ganadoras, sean adquiridas por la entidad y puedan ser susceptibles de utilizarse en publicidad siempre y cuando se cite al autor de la obra.
Imaginemos, la Federación de Moros y Cristianos de una población organiza un Concurso de Fotografía cuyas bases, uno de sus puntos cita textualmente…
La federación de Moros y Cristianos XXX de XXX se reserva el derecho de publicar o utilizar cualquiera de las obras presentadas. Las obras premiadas quedarán en propiedad de la Federación de Moros y Cristianos, las no premiadas podrán retirarse hasta el 30 de diciembre de 2014. Una vez pasado ese tiempo las fotografías quedarán en propiedad de la federación.
Por un lado no habla en ningún momento de citar al autor, y además se reserva el derecho de publicar o utilizar cualquiera de las obras presentadas. No distingue entre ganadoras o participantes, sino cualquiera de las obras presentadas.
Además, pasado un tiempo, las obras serán propiedad de la federación. Vuelvo a citar el artículo Cesión de derechos de imagen que escribí hace algún tiempo donde se explican alguno de los puntos donde cojean este tipo de concursos.
En este caso, no se explica qué tipo de uso se hará de las imágenes presentadas (sean ganadoras o no) y además propone una serie de premios bastante bajos.
Es un claro ejemplo de lo que no deberíamos aceptar. Falta de ética o nula valoración de los trabajos presentados.
Plataformas como Stop Clausulas Abusivas a los Fotógrafos son grupo que persigue denunciar los procedimientos dudosamente legales que despojan a los fotógrafos de los derechos de autor que la Ley de Propiedad Intelectual reconoce. Actúan contra abusos en los contratos de cesión a editoriales, en las bases de concursos y en las condiciones para fotografiar espacios públicos.
Si eres una entidad o pretendes montar un concurso con la fotografía como protagonista, conviene que te asesores previamente. Nosotros, desde la Asociación Fotográfica Novelda, así lo hacemos y tratamos de cumplir y proteger los derechos de autor y Propiedad Intelectual de nuestros participantes.
¿Qué opinión te merecen estas prácticas?